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El pleno debatirá una modificación de la ordenanza de ruidos para combatir los problemas con la música en playas y viviendas particulares

24 julio, 2017

El Pleno Ordinario de este jueves debatirá diversas modificaciones de la Ordenanza Municipal reguladora de la Ruido y Vibraciones, que prevén dotar al Ayuntamiento de más mecanismos para poder actuar con contundencia y con la máxima seguridad jurídica ante problemáticas que han aumentado en los últimos años, como la música en las playas o las molestias para fiestas en viviendas particulares. El alcalde, Josep Marí Ribas, y la primera teniente de alcalde, Paquita Ribas, han presentado esta mañana la propuesta del equipo de gobierno que se llevará a pleno.

El alcalde ha destacado que el motivo de modificar la ordenanza son los “nuevos retos que requieren que nos vayamos actualizando”. Ha puesto como ejemplo la situación de “dispersión del ocio de todo el municipio, cuando antes era casi sólo en Playa d’en Bossa”. Ante esta situación, uno de los cambios que propone la ordenanza es obligar tanto restaurantes de playa como los llamados clubes de playa, a tener limitadores de sonido que no permitan emitir música a un volumen superior de 65 decibelios.

Otro de los cambios relevantes es que se sancionan con más contundencia los ruidos provocados por fiestas en viviendas particulares. La modificación de la ordenanza tipifica como infracción grave incumplir el requerimiento de la Policía de detener la música, lo que supone una sanción de 12.000 euros. El objetivo es poder aplicar directamente las sanciones máximas que permite la Ley ante determinadas infracciones, una modificación que afecta también a los establecimientos de ocio. Básicamente, se concretan mucho mejor las sanciones, en función de en cuántos decibelios se ha pasado al infractor, respecto a lo que marca el mapa de ruidos. Es decir, de cuantos más decibelios se pasen, más alta es la sanción.

La propuesta presentada por el equipo de gobierno plantea también permitir a la Policía Local aplicar de forma inminente medidas cautelares ante determinadas infracciones. Por ejemplo, en el “caso de los limitadores de sonido, sabemos que a veces existe la posibilidad de que se puedan desprogramar o manipular. Si hay una manipulación evidente de los equipos, damos a los policías la capacidad de actuar en el momento, precintando los equipos de música”, ha explicado el alcalde.

Finalmente, se incorpora una zonificación acústica del municipio -el denominado mapa de ruidos-. Se trata de establecer el uso principal de todas las zonas del municipio -residencial, turístico, industrial- y, a partir de ahí, establecer un máximo de decibelios autorizado. “Se intentan establecer unos criterios que beneficien al más débil. Por ejemplo, siempre que haya un uso residencial principal debe primar sobre el turístico, aunque sea una zona donde haya algún hotel”, explicó la primera teniente de alcalde.

Las modificaciones de la ordenanza se someterán a aprobación provisional este jueves en el pleno y, tras el periodo de alegaciones, se haría la aprobación definitiva. Las previsiones son que la nueva ordenanza entre en vigor la primavera del 2018.