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El cierre de la desaladora de ses Eres evita que se extraigan 1,5 millones de toneladas de agua del acuífero de sa Serra Grossa

23 marzo, 2018

El cierre de la planta desaladora de ses Eres, que se hizo efectivo en septiembre de 2016, ha permitido iniciar el camino para la recuperación del acuífero de Sa Serra Grossa, uno de los más maltratados de la isla debido a la extracción masiva de agua que se llevó a cabo durante la última década. Según explicó hoy el alcalde de Sant Josep, Josep Marí Ribas, gracias al cierre de la planta en este último año y medio se han dejado de extraer 1,5 millones de toneladas de agua de sa Serra Grossa, con el que se ha puesto fin a lo que era “un atentado e implicaba seguir persistiendo con una práctica que estaba fuera de toda lógica”. El segundo teniente de alcalde y concejal de Urbanismo y Agua, Ángel Luís Guerrero, destacó que este volumen de agua equivale aproximadamente al consumo anual de todo Platja d’en Bossa y una buena parte de Sant Jordi, que ahora reciben agua desalada.

Los responsables municipales han presentado estos datos hoy en una visita a la planta de ses Eres, que será desmantelada en los próximos meses. Han estado acompañados por el representante de la Alianza del Agua, Rafael Tur, y el responsable de Aqualia, Eduardo del Castillo. Tur ha felicitado al Ayuntamiento de Sant Josep y lo ha puesto como ejemplo de lo que debe ser una gestión sostenible del agua, tanto por haber puesto fin a la desaladora de ses Eres como por todas las obras que se han ejecutado en la red municipal – la más extensa y compleja de la isla- para evitar pérdidas.

El alcalde ha querido agradecer a la Coselleria de Medi Ambient del Goven balear la buena gestión para poder completar las obras de interconexión con las plantas desaladoras, gracias a las cuales se pudo cerrar ses Eres. Recordó que esta planta se abrió en un principio de forma temporal, en un momento en que en Mallorca ya se estaban desmontando todas las desaladoras móviles por su impacto medioambiental.

A partir de ahora, el reto es completar el ciclo del agua con la depuración terciaria. El responsable de Aqualia explicó que se está trabajando con el ayuntamiento para que en los próximos años el agua procedente de plantas depuradoras pueda utilizarse para el riego y para cultivar el campo.