El Ayuntamiento ha presentado esta mañana el Estudio de la Capacidad de Carga en las playas de Sant Josep y las primeras medidas que se adoptarán de acuerdo con las conclusiones de este informe. El objetivo principal era tener una fotografía de la situación del litoral, que permitiera mejorar la gestión, dando prioridad a los criterios de sostenibilidad medioambiental. La reducción de elementos como tumbonas y sombrillas, sobre todo en las playas naturales, la recuperación de espacio para los bañistas y la mejora de las instalaciones municipales son algunas de las medidas que abordará el Consistorio esta próxima temporada turística.
El alcalde, Josep Marí Ribas, y la concejala de Medio Ambiente y Playas, Neus Marí, han presentado el estudio, un trabajo fruto de la recogida de datos durante dos temporadas-, teniendo en cuenta diferentes variables: las concesiones, los aspectos ambientales -limpieza, calidad de las aguas- y el tráfico y la movilidad, entre otros.
Marí Ribas ha destacado que en “en los últimos años ha crecido la sensibilización de la ciudadana, en el sentido de reclamar más espacio libre en las playas”. El alcalde ha reconocido que” la situación había sido complicada y se habían cometido abusos” , aunque el nuevo sistema de señalización de tumbonas para cintas “ha tenido unos resultados muy buenos, por lo que se seguirá manteniendo, así como la vigilancia por parte de dos celadores de playas”.
Un aspecto muy importante es que se diferencian claramente las playas naturales de las urbanas. De las 22 playas del municipio, hay 13 de naturales, algunas de ellas con niveles especiales de protección. El estudio advierte que en las playas naturales las concesiones no deberían ocupar más del 10% del espacio total. En estos momentos, en algunas se supera el 20% de espacio autorizado. Con estos datos en la mano, desde el equipo de gobierno lo que se plantea es eliminar tanto espacio de ocupación como tumbonas, llegando al 50% en algunos casos. Las playas más afectadas por las reducciones serán Cala Bassa, Cala Carbó, Cala d’Hort y es Xarco. También se reducirán, en menor medida, elementos en ses Salines y Cala Codolar.
En cuanto a las playas urbanas, habrá algunas reducciones de elementos en la zona de Cala de Bou, donde se ha detectado que algunos lotes estaban infrautilizados, por lo que no tenía sentido mantenerlos. En Platja d’en Bossa, donde el año pasado ya se eliminó un lote completo, se mantendrá el número de elementos.
Otro asunto que se ha valorado es la saturación del espacio marino y la contaminación que provocan determinados elementos. Así, el Ayuntamiento pedirá a la Demarcación de Costas que en las playas naturales no autoricen concesiones de alquiler de vehículos de motor. Con esta medida se quiere dar más tranquilidad a los bañistas, recuperar espacio tanto de playa como del mar y reducir la contaminación.
También se ha analizado el estado de los elementos municipales. Aunque en muchas playas están en buen estado, algunos están envejecidos. El año que viene se destinarán 150.000 euros en la renovación de pasarelas, torres de socorrismo y elementos de baño.
En cuanto a la problemática del aparcamiento, es importante en algunas playas y está provocando la degradación de torrentes. La primavera pasada se cerraron los acantilados de Comte al tráfico y conjuntamente con el Consell, se están buscando soluciones a otras playas.
Aunque el estudio se ha centrado más en la zona terrestre -que es donde tiene competencias el Ayuntamiento- se detecta también una saturación del mar a causa de los fondeos. El Consell está trabajando en Plan Insular para regular el fondeo en toda la isla, pero desde el Ayuntamiento se ha impulsado un plan de fondeos ecológicos en Cala Vedella, que se encuentra en tramitación ambiental.
Finalmente, cabe destacar que la valoración del estado de la limpieza de las playas es buena. También el estado de las aguas, excepto en algún momento y situación puntual, es en general bueno.
