Esta mañana han empezado los trabajos de ejecución del contrato para la renovación de las pasarelas de madera de Port des Torrent y Cala Bassa que quedaron muy afectadas por los temporales registrados en la isla a principios de año. El coste de este proyecto es de 48.099,92€ y tiene un plazo de ejecución de dos semanas para completar el encargo. Se trata de dos pasarelas de 1,80 metros de ancho que juntas suman más de 280 metros de longitud que se instalan a una altura de 30 centímetros del suelo en todo su trazado cumpliendo las condiciones de accesibilidad vigentes.
«La reparación de estas pasarelas era muy esperada pero su trámite se vio afectado por la suspensión de plazos en la administración y hemos preferido esperar a acabar la temporada de baños para iniciar los trabajos porque no queríamos interferir con el disfrute de estas dos playas», ha dicho el regidor de Playas y Litoral, Josep Guasch.
Estas pasarelas tendrán que garantizar un coeficiente de transmisión térmica adecuado para poder andar descalzo y no pueden tener peldaños aislados ni resaltos, además de ser antideslizantes. El material ha sido tratado frente a los hongos e insectos xilófagos que puedan echar a perder la madera.
Las obras han empezado hoy en la playa de Cala Bassa y consistirán en la instalación de dos pasarelas rígidas semi-elevadas completamente accesibles, una para esta playa de Cala Bassa y otra prevista en Port des Torrent. Al estar semi-elevadas se instalarán también las rampas de bajada necesarias para conectarse a las rampas enrollables de acceso al mar que cada temporada instala el Ayuntamiento, haciendo el acceso al mar completamente accesible.
En la playa de Port des Torrent la pasarela tendrá una longitud de 156m lineales y discurrirá por la parte posterior de la playa bordeando la zona dunar y comunicando los dos accesos a la playa. La de Cala Bassa tendrá una longitud de 130m lineales y comunicará el tramo que discurre de la entrada principal junto a la rotonda de acceso a la playa hasta el inicio de la propia playa.
La tramitación de este proyecto se inició al primer trimestre del año, con el objetivo de poder acometer su licitación a tiempo para la temporada de verano de este año. Esto no fue posible finalmente por las demoras causadas por el estado de alarma a raíz de la pandemia, que, entre otras consecuencias, obligó a parar los plazos administrativos. Así, los trabajos se adjudicaron finalmente con la temporada ya iniciada. Por este hecho, se optó por aplazar los trabajos y acordar su aplazamiento hasta el final de la campaña, para no perjudicar ni causar molestias a los usuarios de las playas.
