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La reducción del caudal de agua desalada obliga al Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia a suministrar agua de pozo a los abonados del ramal de sa Caleta de la red

4 julio, 2022

El Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia ha sido informado por Abaqua que con efecto inmediato verá reducido el capital de agua desalada que recibe el municipio, que hasta ahora permitía atender las necesidades de toda la población. Después de evaluar las distintas alternativas con los técnicos y la concesionaria del servicio municipal de aguas, Aqualia se ha considerado que la menos perjudicial para garantizar el aprovechamiento del capital disponible es dejar de suministrar al ramal que llega a sa Caleta, que es la parte de la red municipal que registra un peor rendimiento (del 40%) y que recibirá agua de pozo mientras dure la situación. Esto afectará alrededor de 2.500 abonados, con un consumo aproximado de 1.000 metros cúbicos diarios.

El alcalde de Sant Josep y responsable de la gestión del agua en el municipio, Ángel Luis Guerrero, ha explicado que se está estudiando como compensar los afectados por el tiempo que reciban agua de pozo en sus casas. También ha pedido al conjunto de la ciudadanía de Sant Josep que haga «una gestión más responsable que nunca del agua que sale del grifo, cada gota es valiosa y no se puede perder ni una».

Hasta ahora, toda el agua que consumía Sant Josep procedía de las tres desaladoras de la isla. Abaqua ha venido suministrando alrededor de 17.500 metros cúbicos diarios en el municipio, por encima de los 16.500 que tiene asignados por contrato pero por debajo de los 21.000 que pide desde hace tiempos Sant Josep para poder garantizar la calidad del suministro en su población real durante el verano. «Ahora la agencia balear informa que no puede garantizar tampoco el excedente de agua desalada que se venía recibiendo y esto obliga a tomar una decisión muy difícil. La única alternativa era bajar la calidad del agua en todo Sant Josep, lo que afectaría durante meses a toda la ciudadanía», ha explicado el alcalde.

Guerrero ha pedido a Abaqua que estudie el consumo de la isla en su conjunto para mirar de encontrar el capital necesario para salir de esta situación, pero también ha recordado que «si el objetivo es dejar de consumir agua de pozo en Ibiza para recuperar nuestros acuíferos es imprescindible optimizar la gestión del recurso a nivel insular y dimensionar la producción de las desaladoras en la población que ya tenemos, y así lo hemos apuntado a todos los foros donde hemos participado para hablar del ciclo del agua. El problema que hoy le toca sufrir a Sant Josep es un recordatorio que hacen falta más inversiones», ha dicho.

Guerrero también ha recordado que en los últimos dos mandatos el municipio ha invertido más de 15 millones de euros al renovar su red de aguas «que estaba muy obsoleta y perdía más agua de la que llegaba a las casas por la desidia de los que gobernaban antes». En este sentido, ha destacado que «se ha hecho mucho esfuerzo para gestionar bien un recurso muy valioso» y que, precisamente, a día de hoy el único ramal que falta para poner al día es el de sa Caleta, que costará alrededor de unos 5 millones de euros y que se abordará bien pronto.

Con la red renovada en su totalidad, el siguiente paso que ya planifica el Ayuntamiento es la construcción de depósitos de suficiente capacidad para poder cubrir temporalmente las necesidades de la población en casos de interrupción del capital de agua desalada por cualquier causa.

Al margen de estas inversiones, y conscientes de la necesidad de hacer una gestión responsable de un recurso escaso como es el agua, Sant Josep aplica desde hace unos años la ordenanza que impone medidas de ahorro como la prohibición del riego de jardines con agua de la red municipal, que tampoco se puede dedicar al rellenado de piscinas. También se han implementado medidas como los controles telemáticos de los contadores que permiten detectar y localizar consumos excesivos y otras anomalías, como las conexiones ilegales en la red y otros fraudes, además de posibles averías y escapes.

Así mismo, desde hace dos años el Ayuntamiento de Sant Josep no autoriza ninguna nueva alta en la red municipal para viviendas en suelo rústico, que tienen que cubrir a través otros proveedores las necesidades de consumo de agua. «Esto es así porque consideramos prioritario garantizar la demanda de los cascos urbanos del municipio, que es la primera obligación que tenemos y donde se concentra la mayoría de nuestra población», ha justificado el alcalde.